El hiperparatiroidismo secundario (HPT 2º) representa una complicación grave de la insuficiencia renal crónica (IRC) y constituye la forma más conocida, aunque no la única, de alteración ósea asociada a la misma.
Hasta la última década del siglo XX, el problema de la osteodistrofia renal estaba enfocado sólo hacia las alteraciones óseas ya que los pacientes presentaban importantes dolores musculares, deformidades óseas, fracturas y en los niños se añadía falta de crecimiento estatural conociendo esta alteración como enanismo renal.