Las complicaciones que afectan simultáneamente a varios o a todos los enfermos que se dializan en una unidad están casi invariablemente relacionadas con algún problema en el tratamiento del agua para diálisis. Con los controles actuales estos problemas son casi una curiosidad histórica, pero pueden producirse.

La presencia de calcio y magnesio en elevadas concentraciones en el agua final. Generalmente se debe a la baja calidad del agua de la red, junto con fallo o insuficiencia de la planta de agua. También puede suceder si cuando se regenera el descalcificador se produce un vertido erróneo del agua de lavado al circuito.

Los síntomas son la aparición en varios pacientes de sensación de calor y de quemazón de la piel, malestar general, debilidad, cefalea, letargia, sensación de hormigueo.

Los signos: Hipertensión, diarrea, enrojecimiento facial (flushing), diaforesis, “ojo rojo” durante la diálisis, tendencia a la coagulación del circuito, náuseas, vómitos.

 

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